Muy poca, o ninguna gente, ignora que el sistema público de pensiones está en riesgo. Nadie, o casi nadie, piensa que los/as pensionistas actuales van a tener problemas porque el sistema, a pesar de todo, aguantará unos años. Pero todo el mundo, o casi todo, piensa que las generaciones que nos siguen, lo van a tener más complicado.

Quizá no recuerden, no estaba tw todavía, que allá por el año 1997, con el apoyo de todos los partidos políticos de entonces, se creó lo que hemos venido conociendo como “hucha de las pensiones”. Era para garantizar las pensiones contributivas en el caso de que la Seguridad Social se quedara, como está pasando ahora, sin recursos económicos para pagarlas.

Ya se veía venir lo que podía suceder en el futuro. Habíamos vivido lo que conocemos como “baby boom”. En los años 50 y 70 del siglo pasado, en este país, hubo un notable aumento de la natalidad. Sin embargo, a partir de los años 80, la natalidad descendió y la realidad demográfica nos dio un claro aviso: La población envejece y perdemos trabajadores/as.

El problema quedó situado claramente. Mantener las pensiones públicas, mientras se reducían los ingresos al haber menos empleados/as, era un reto social y político.

La cosa se agravó bastante cuando el empleo basura se introdujo en el mercado laboral porque, como sabemos, los salarios bajos también suponen bajas cotizaciones. Son cosas que le debemos al neoliberalismo que se impuso.

El caso es que la “hucha de reserva” funcionaba y llegó a tener 66.815 millones en 2011. Pero llegó el PP, capitaneado por Mariano Rajoy, y la “hucha” se quedó prácticamente vacía. Cerró el ejercicio de 2020 con tan solo 2.138 millones. En 8 años, a pesar de saber el problema de futuro de las pensiones, el PP “fundió” más de 64.000 millones de € que, recuerden, habían salido de las cotizaciones de empresarios/as y trabajadores/as y eran para el sostenimiento del sistema.

Bueno es recordar que, en estos momentos, las pensiones públicas se pagan con los impuestos. Con esos que la derecha y el empresariado español quieren recortar.

Conocido el problema, sin ser necesariamente economista, es fácil entender que sólo hay dos soluciones. Una de ellas, recortar el gasto. La otra incrementar los ingresos.

La primera ya se ha intentado en este país. El Gobierno de Zapatero congeló las pensiones. Rompió la Ley que las revalorizaba según el IPC y las congeló. Luego vino Rajoy, se hizo la foto anunciando una subida del 0,25 %, pero las pensiones perdieron poder adquisitivo porque el IPC siguió a su marcha. La derecha, sus voceros y voceras, la prensa “salmón” y los poderes económicos empezaron a hablar de los planes privados de pensiones. Tanto PP como PSOE aumentaron el período laboral retrasando, como pretende ahora Macron en Francia, la edad de jubilación para, decían, aumentar la recaudación. Pero Ni PP ni PSOE pusieron en práctica lo que reclamaban los sindicatos que era incrementar los ingresos y quitar el tope a las cotizaciones de los salarios más altos. Permitieron esa paradoja de que los salarios más bajos cotizaban por todo y los más altos tan solo por una parte. El retraso de la edad de jubilación, el recorte de las pensiones y la pérdida de poder adquisitivo, tampoco resolvieron nada.

El caso es que llegó este Gobierno rojocomunistabolivariano y cambió las cosas. Se consiguen pactos y acuerdos con los sindicatos y con las fuerzas políticas de izquierdas. Se vuelven a actualizar las pensiones con el IPC (el 8,5 %), se ha subido el SMI (a 1080 €), el empleo crece y mejora y aumenta la contratación indefinida. Todo ello incrementa los ingresos porque aumentan las cotizaciones. Además, en un intento de aumentar la “hucha”, se establece el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) que es un sistema de solidaridad y que consiste en que se aumente la cotización a la SS un 0,6 % (0,5 empresas y 0,1 trabajadores/as). Este 0,6 % de incremento de cotizaciones va al fondo de reserva para pensiones futuras.

También se establecen medidas para corregir la brecha de cotización por cuidados y bajas cotizaciones de la mujer.

Sigue estando el problema de la sostenibilidad en el tiempo del sistema público de pensiones y, descartado el recorte del gasto, se opta por incrementar los ingresos. Desde Unidas Podemos hemos logrado corregir las intenciones del PSOE que pasaban por seguir en la dirección del ajuste y el recorte para la clase trabajadora.

Por eso, el acuerdo alcanzado con los sindicatos y con Bruselas, algo fundamental para que siguieran llegando los fondos europeos, incide en ello, en incrementar el gasto sin aplicar recortes.

Se hace, además, con marcado carácter de solidaridad y de redistribución de la riqueza por cuanto, a quien más se pide, es a quien más gana. Así se quita el tope a la cotización máxima para que, desde que entre en vigor, esos salarios que pasan de los 4.495 € al mes (unos 1.300.000) coticen por la cantidad de más que cobran. Cotización que deben, también, asumir las empresas que pagan esos salarios y que tampoco cotizan por la diferencia. Esta parte del acuerdo es la que ha supuesto el enfrentamiento con la patronal cuyos dirigentes, como es bien sabido, tienen una buena parte de su salario que no cotiza.

La otra parte conocida, pero como no escandaliza a la patronal, pasa desapercibida, es que cada trabajador/a y cada empresario/a aportarán al MEI una décima más durante otros 6 años.

Lo que tampoco debe molestar a los Garamendi y Cía y, por ello, tampoco genera debate ni aguerridas críticas, es que cada trabajador o trabajadora, para calcular su pensión, podrá optar entre los últimos 25 años cotizados o los 29 pero, en este caso, puede eliminar del cómputo los dos años que haya tenido peores cotizaciones.

Resumiendo, una vez más la derecha y el poder económico montan en cólera contra un acuerdo de claro componente social que, al ser redistributivo y solidario, es más democrático y que abre el camino para que entre en vías de solución, sin recortes y sin gravar a trabajadores y trabajadoras, el problema de la sostenibilidad del sistema público de pensiones.

Añadimos que, para disgusto del PP y de la derecha recalcitrante, este acuerdo cuenta con el beneplácito de Europa, así que, al menos, no hagan el ridículo y no vayan de acusicas por Bruselas

Alvaro Sanz, Coordinador General de Iu y Candidato a la presidencia del Gobierno de Aragón

Artículo publicado en El Periódico de Aragón el 17-03-2023