Más allá de un lema atrayente y enérgico, el ‘asalto a los cielos’ ni era algo posible ni, en cierta medida, deseable.
Nuestro ‘leit motiv’, la transformación social a través de la justicia, la equidad y la hermandad, es en sí mismo una tarea titánica, absolutamente pegada a la realidad, que realizan cada día muchísimas personas de izquierda desde el trocito de espacio vital, laboral o institucional que ocupan.
Desde luego que no era nuestra reforma laboral, la de nuestro grupo parlamentario y la de la ministra Díaz, tampoco. Pero es un avance que hubiera sido impensable hace unos años. Es un peldaño más en la escalera, después de décadas de machaque constante a la clase trabajadora, dentro de un sistema absolutamente dominado por una teoría económica que, cada vez más delirante y salvaje, ya no puede esconder el precipicio al que nos encamina. Llevamos décadas señalando las contradicciones y prediciendo lo que ha ido pasando, pero más allá de la teoría, las personas necesitamos los hechos.
Ahora tenemos la posibilidad de mejorar la vida de la gente desde el Gobierno de coalición estatal y es justamente lo que estamos haciendo, afianzando la subida a los cielos por la fuerza de los hechos, de la convicción y de los avances medibles y evaluables. Si queremos ampliar la base social de lucha y compromiso y tener cada vez más fuerza en los espacios institucionales y en las calles, es imprescindible ir avanzando en lo concreto.
Conviene ir al acuerdo pactado para la coalición de gobierno UP-PSOE para ver que se están cumpliendo muchos de los puntos acordados dentro del marco del diálogo social, que es lo que se recoge en el mismo. La propia ministra ha hablado siempre de fases progresivas en la implementación de los puntos y es exactamente lo que se está haciendo.
Se ha ido subiendo el SMI, se ha derogado el artículo porque el que se podía despedir por baja médica, se ha reforzado el papel de la Inspección de Trabajo, se ha regulado la problemática de los falsos autónomos, se han desarrollado los ERTE para salvar empleo durante la pandemia y ahora se ha cumplido lo relativo a la ultraactividad de los convenios, la prevalencia en tema salarial de los convenios sectoriales, la subcontratación o la regulación de la temporalidad con la prohibición del contrato por obra y servicio y el fomento del contrato indefinido, como puntos más relevantes. ¿Que se han quedado cosas en el tintero importantes? Sí. Con esa fuerza de los hechos y el impacto que esta primera reforma pueda traer, hay que seguir dando pasos.
El neoliberalismo hace agua y ya estamos viendo que sus dogmas inamovibles empiezan a tambalearse, con la consiguiente reacción de la cada vez más trumpista derecha de la mentira y la corrupción sistémica y de la ultraderecha echada al monte y en posiciones muy peligrosas, que el ‘establishment’ se empeña en normalizar. Ya hemos vivido históricamente esa normalización de la violencia y lo hemos pagado muy caro.
No nos tiene que decir nadie qué esfuerzo cuesta cada punto de algún acuerdo medio cumplido, cumplido de aquellas maneras, o frustrado, con nuestros socios ‘naturales’, titulares del progresismo. En todas partes los grupos minoritarios tenemos que pactar, ceder y frustrarnos, incluso los que ahora enarbolan las banderas de la identidad, la puridad y la coherencia. Es el terreno de juego que tenemos, y para cambiarlo no valen los fulgurantes asaltos a los cielos sobre rayos de humo ni las eternas pugnas entorno a los egos que la clase trabajadora ni entiende ni encarna.
En la suma imprescindible para una transformación social desde la base, desde luego hay que reunir diálogo y respeto entorno a las identidades y a la diversidad, pero sobre todo hay que reunir compromiso y organización entorno a las ideas y a los hechos que las demuestran. Cuantas más personas subamos juntas y convencidas los peldaños, más consolidados se quedan.
En ese frente amplio que conteste con razones y con hechos al poder establecido nos necesitamos todas y todos. Gran trabajo el que se está haciendo en esta etapa, contra viento y mares. A por la siguiente victoria.
Marta Abengochea Aurensanz es coordinadora intercomarcal de Izquierda Unida en Zaragoza
Artículo publicado en Heraldo de Aragón el 9-2-2022
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