Hace 93 años que se proclamó la II República en España.
Hoy es un día para rendir homenaje a quienes creyeron en el futuro y lucharon por la igualdad, la justicia y la libertad.
La II República hizo realidad un sueño: un país capaz de ser mejor, de ser justo, de ser solidario, de ser democrático. Quienes defendemos una España Republicana mantenemos el compromiso de lucha por la democracia y la modernidad, por la libertad y la justicia, por el progreso y la igualdad, por los derechos de todos y todas. Seguimos luchando por los valores republicanos y por una sociedad mejor, más libre y más justa. Seguimos luchando por el futuro.
Fueron miles y miles de aragoneses y aragonesas quienes celebraron el 14 de Abril de 1931 como un día alegre y saludaron y apoyaron un nuevo sistema político democrático, basado en los principios de la igualdad, la solidaridad y la Libertad. Reivindicamos esa memoria que hoy, igual que ayer, es sistemáticamente negada. La derecha, en Aragón y en Madrid, no quiere recuperar la memoria y la dignidad de quienes defendieron la Constitución, la Libertad y la Democracia.
La II república, y quienes la defendieron, tienen derecho a existir y a formar parte de la historia democrática de este país. Es una deuda que tenemos con ellos y con ellas y es una deuda que tenemos que saldar. Hoy, y la dramática situación que vivimos lo pone en evidencia, son más necesarios que nunca los valores republicanos. Solamente habrá una salida social si son los valores de la fraternidad, de la solidaridad, de la igualdad y de la justicia los que dirigen la acción pública, la acción política y la acción social.
República no es sólo el debate sobre lo absurdo de una monarquía, por otra parte impuesta por una dictadura y claramente corrupta, o lo democrático de la elección de la Jefatura del Estado. República es un sistema avanzado de democracia, justicia y libertad. Cuando defendemos los valores republicanos apostamos por un Aragón, y un estado, más moderno, menos conservador y más emprendedor. Por un Aragón, y un estado laico, donde la identidad religiosa sea libremente desarrollada por cada individuo. Por un Aragón, y un estado, culto impulsando la educación y la cultura como elementos fundamentales para una sociedad crítica, libre y participativa. Por un Aragón, y un estado, igualitario, donde sea efectiva la redistribución de la riqueza, se universalicen los derechos sociales y ciudadanos y donde toda persona pueda ser libre porque tiene atendidas sus necesidades básicas como derecho de ciudadanía.
Pero sobre todo por un Aragón, y un estado, más democrático
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