Bir Lehlu es la localidad saharaui en la que, hace 42 años, se proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y es, a su vez, la capital de la RASD en los territorios liberados. La RASD representa al pueblo saharaui y está reconocida por más de 80 países.
Ese día, 27 de febrero de 1976, el Frente Polisario libraba una guerra contra Marruecos. El pueblo saharaui peleaba por su tierra, por sus derechos, por su dignidad.
El Frente Polisario luchaba por la liberación de su pueblo. Defendía su derecho a vivir en su tierra, en esa tierra que los tribunales internacionales dicen que es suya. Por esa tierra que la ONU considera Territorio No Autónomo Pendiente de Descolonización por lo que, jurídicamente hablando, España sigue siendo la potencia administradora.
Pero, el día de antes, de una manera vergonzosa, el Gobierno español, presidido por el Borbón heredero de Franco, incumplió sus obligaciones y entregó el Sahara a Marruecos.
Lo justificó por la «presión internacional». Esa presión fue la «Marcha Verde», organizada por Hassan II, asesorado por EEUU y financiado por los petrodólares saudíes.
El pueblo saharaui, durante estos 42 años, ha sido abandonado por la comunidad internacional, sigue abandonado por España que, por otra parte, es aliada y amiga preferente de Marruecos y, por consiguiente, complice de la represión que sufren los y las saharauis.
El Gobierno Español, tan preocupado por Venezuela, abandona al pueblo saharaui y sigue sin asumir las responsabilidades y la deuda política histórica que tiene con la ciudadanía saharaui tras la ocupación ilegal por Marruecos de los territorios del Sáhara Occidental.
El Gobierno español, que se preocupa cuando eurodiputados no pueden entrar en Venezuela, nada dice de cuando eurodiputados no pueden entrar al Sáhara.
El pueblo saharaui, con la dignidad que le caracteriza, sigue resistiendo, sigue defendiendo su derecho a vivir en su tierra, a tener un estado, a vivir en paz y libertad. Resiste a pesar de la persecución, del encarcelamiento, de la tortura, de la muerte, de la desaparición forzada que sufren quienes viven en las ciudades ocupadas ilegalmente por Marruecos. Resisten en sus territorios liberados, al otro lado de ese vergonzante muro de 2.700 Km que divide su tierra. Resisten en los campamentos del desierto sobreviviendo gracias a la ayuda humanitaria internacional, cada vez más escasa. Resisten todos y cada uno de los intentos de Marruecos de quedarse con el Sáhara para explotar libremente sus recursos. Resisten la indiferencia internacional que mira para otro lado.
He estado en los campamentos saharauis, en ellos, además de sentir y vivir la hospitalidad de quienes me acogían en sus jaimas y compartían su comida, he sentido y vivido, la determinación de todo un pueblo a no rendirse, a luchar por su tierra, a defender su derecho a tener su propio estado.
He sentido, vivido y gritado con ellos y ellas ¡¡Sahara Libre¡¡
Hoy, siento esa indignación y asco que da ver la doble moral y la doble vara de medir de la comunidad internacional que, a pesar de las resoluciones, sigue permitiendo la impunidad marroquí con la que persigue, reprime y asesina al pueblo saharaui.
Con todo
¡¡Polisario Vencerá¡¡, ¡¡VIVA EL SAHARA LIBRE¡¡
Adolfo Barrena
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