El Tribunal Constitucional (TC) acaba de validar la LOMCE, para ser exactos 3 de las medidas de la LOMCE que más rechazo social generaron.
El TC, dice nuestra Carta Magna, es el órgano constitucional español que ejerce la función de supremo intérprete de la Constitución. Entendemos, por ello, que debe ser el garante del cumplimiento de los principios, derechos, deberes y obligaciones, que establece la Constitución.
Pensábamos que el Constitucional, tan invocado y aplaudido para las cosas del separatismo, represión de la libertad de expresión y demás, se ocupaba de cumplir, y sobre todo hacer cumplir, los preceptos constitucionales.
Tenemos el Artº 14 que dice claramente que vulnerará la constitución quien discrimine por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Pues bien, según el TC, es verdad que por 8 de los 12 votos que lo integran, ha dictaminado que puede segregarse por sexos al alumnado y que, además, tienen derecho a subvención pública los colegios que lo hagan. Vamos, acaban de “constitucionalizar” la segregación y el adoctrinamiento que hacen los colegios del OPUS y dan alas a que se imponga la segregación en más centros escolares privados.
Leemos el Artº 16 de la Constitución y vemos que, en este país, no hay religión oficial. Pues nada, según el TC es “constitucional” que la Religión esté en las aulas, que sea evaluable y que su nota cuenta para el expediente académico.
Acompaña el TC estas dos decisiones “constitucionalizando” ese atentado contra la equidad y la igualdad de oportunidades que son los itinerarios educativos que la LOMCE, conocida como Ley Wert, establece y por los que se obliga a segregar, en función de niveles, al alumnado a los quince años (3º de la ESO) y se les encaminada hacia la nada, hacia la FP o hacia el bachillerato.
El tema, además de romper ese concepto integrador de la escuela, no tiene en cuenta la igualdad de oportunidades ni los condicionantes sociales, económicos y familiares del alumnado.
Con todo ello la Conferencia Episcopal, el OPUS y los sectores más conservadores y reaccionarios están felices. Está feliz, también el Gobierno del PP y, supongo, lo estará el socio naranja de Ciudadanos ya que, aunque el Congreso ha aprobado en más de una ocasión derogar la LOMCE, la santa alianza PP-C´s lo ha bloqueado.
Quienes no entendemos somos quienes defendemos la escuela pública. No compartimos, ni acatamos, lo que el TC ha sancionado y seguiremos luchando porque la educación en este país sea universal, gratuita, integradora, equitativa, de calidad y laica.
Por ello, junto a padres y madres, alumnado y profesorado, fuerzas políticas y sociales,… que llenamos las calles de indignación contra la LOMCE, seguiremos exigiendo que la Ley de la Wert..güenza sea derogada.
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