Esta mañana, como tantas otras veces, hemos participado en la convocatoria de Movimiento Hacia Un Estado Laico (MHUEL) para reclamar la laicidad del estado y de las instituciones.
Lo hemos hecho en este día de fiesta en Zaragoza en el qué, como en épocas pasadas, la corporación municipal va a La Seo, a rendir pleitesía en la misa que se hace en honor de San Valero, el santo patrón de la ciudad.
No deja de ser un anacronismo ver al alcalde y a concejales y concejalas, con su banda de honor, hacer la procesión. Les falta, como habitualmente les gritamos, el palio
Pero así estamos, sin que se asuma que un estado democrático debe ser laico, que las instituciones deben ser laicas, que las religiones deben salir de las aulas y que la Santa Madre Iglesia debe dejar de tener prebendas y debe dejar de recibir financiación que sale de las arcas del estado, del dinero público que es de toda la ciudadanía.
Necesitamos una efectiva y eficaz separación iglesia-estado. Tenemos que dejar atrás ese catolicismo secular que hemos padecido en este país en el que la católica ha sido la religión del estado.
Tenemos que superar esa ambigüedad constitucional que aunque “Se garantiza la libertad religiosa y de culto», aunque señala que «Ninguna confesión tendrá carácter estatal” el punto 3 del artº 16 dice que «El Estado cooperaría “con la Iglesia católica y las demás confesiones”. Este artículo 16, más el Concordato vigente, hace que la iglesia católica siga teniendo un peso importante en este país que no romperemos mientras no se derogue el Concordato y se modifique la Constitución para declarar, sin ambigüedades, la laicidad del Estado.
Por eso, una vez más, nos hemos manifestado y lo seguiremos haciendo mientras no sea realidad que estamos en un estado laico
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